«Interzona» es el álbum de madurez que rechaza la madurez que presenta La Plata

La Plata ha cambiado la urgencia por el raciocinio y el hastío por el sigilo: poco queda de ese quinteto que hablaba de follar y amaba los bpms, pues acaban de pasar de la adolescencia a la autoconsciencia. Los de Valencia se han bajado del carro al que ahora mismo todos se quieren subir, y ello no solo es valiente, sino también identitario: no buscan el banger, se alejan del pogo. Su mirada ha dejado de estar puesta en la orilla para pensar en el horizonte. Del corto plazo a la supervivencia temporal: muchas (muchísimas) nueces, poco ruido.

Interzona” es su tercer LP, un álbum de madurez en el que rechazan la madurez. Por ello, en ese camino entre el “ni contigo ni sin ti” en el que el receptor es la treintena, los valencianos generan su propio limbo, un no-lugar desde el que observar el mundo desde arriba. Fuertemente influenciados por el grunge noventero, la formación se halla algo más derrotada que su corriente predecesora. Sin embargo, y a diferencia de algún contemporáneo que fetichiza la música de antes solo porque él era más joven, La Plata son más abstractos que nostálgicos: son expertos en la fricción, en encontrar la pared que les define y generar una grieta para ver el otro lado.

Así, y pese a ese gusto por la guitarra sombría, se alejan de la fórmula musical inmutable de rock sacabarrigas: “Cerca de ti” es un post-grunge reflexivo a dos voces que por momentos abraza el minimalismo romántico de The xx, pero a partir de “Mirar atrás” comienza a permear el poso británico de moda junglish, uno de los principales intereses del quinteto en este nuevo trabajo de larga fermentación. Éste emotional jungle también está presente en “Ruido Blanco”, que fue el primer single de adelanto. Sin embargo, y lo que les hace únicos en este revival de Jamaica, es que el drum and bass del que parten es orgánico y de mucho gusto por la opacidad, como una gran cristalera que lleva mucho tiempo sin limpiarse. Hablan de tener un ataque de pánico en un espacio silencioso a la vez que la batería de volteretas espídicas sobre un fondo muy llano: siempre se han sentido diferentes en mitad de la multitud, pero una nueva ola de calma provoca que al menos quieran cambiarlo.

«cerca de ti» de La Plata

Mientras que la Cara A aspira a sentirse tanto club como confesional, la Cara B bebe del emo, del shoegaze y del dream pop de capas turbias, y es que La Plata han cambiado la estructura por la textura. “La Vida Real” habla de una muerte en vida, “Aero” es música ambiental de excelencia modular e introspección doméstica, y “Brillando siempre” es una balada folk a canon que se acerca al guetto tech. Se alejan de los barrios para acercarse al dormitorio, pero se despiden de lo teenager para ponerse a teorizar: ya no idealizan lo romántico ni se revuelcan en algunas miserias cotidianas, viven en “la vida real”, si es que acaso ésta existe. Sin embargo, y por eso mismo, hay un halo de dream pop envolviendo todo el trabajo: cuanto más tiempo pasas despierto, más necesitas soñar.

En “Interzona”, La Plata redefine su identidad, abandonando la urgencia juvenil para abrazar una introspección que busca grietas sonoras desde las que observar un horizonte más amplioEntre el emotional jungle, el post punk y dream pop, el quinteto crea un universo de fricción y calma, donde el club se encuentra con el dormitorio y lo romántico cede ante la realidad. Un limbo desde el que poder partir, nuevamente, de cero.

¿Quién es La Plata?:

La Plata es un conjunto musical formado en la ciudad de Valencia por María Gea (bajo), Patricia Ferragud (sintetizador), Miguel Carmona (batería), Salvador Frasquet (guitarra) y Diego Escriche (guitarra y voz).

El tiempo funciona de manera totalmente diferente para La Plata que para el resto del mundo. Se da en la formación valenciana una paradoja. Es difícil encontrar a día de hoy a una banda que refleje mejor el momento en el que estamos y hacia dónde vamos. Pero al mismo tiempo La Plata es, en todos los sentidos, un grupo que parece llegado desde otro tiempo, con ese halo de formación clásica envuelta de romanticismo que resulta casi imposible encontrar en estos tiempos de exhibicionismo en RRSS y cultura del consumo rápido.

Todos su pasos parecen profundamente meditados, como si respondieran a un plan maestro que viene cumpliéndose cuidadosamente desde que el grupo debutara con Un atasco, aquel EP de tres canciones que Sonido Muchacho publicó en 2017. Tras un atasco vendría la confirmación definitiva del grupo, su largo de debut Desorden, que les situó casi sin pretenderlo al frente de la nueva generación de bandas de guitarras, y muy cerca también de una nueva ola de formaciones muy interesadas por los sonidos oscuros, de raigambre postpunk, de la que forman parte nombres como VVV, Futuro Terror, Somos La Herencia o Último Día.

Pero más allá de posibles parentelas, La Plata han hecho su camino al margen de influencias externas. Rindiendo tributo, sí, a formaciones como Décima Víctima a los que reconocen como maestros y a quienes han llegado a versionar, pero desarrollando al mismo tiempo una línea de trabajo propia que incluye no sólo un sonido personalísimo sino una imagen gráfica que, a pesar de su criticismo, ya se ha convertido en marca de la casa.

<<Desde «AfondarenlaCultura» invitamos a «La Plata» que se pasen por la ventana de nuestra web para hacerles una entrevista más personal y que nos cuenten como ha sido la grabación de este nuevo álbum «Interzona» y que también nos cuenten lo que será su próximo trabajo.>>