
<<Entrevistamos a Javier Lekker, tras la publicación de su primer disco «Arcade». Javier Lekker es un artista de pop con tintes electrónicos radicado en Málaga, que destaca por una propuesta única y personal. Su música combina de manera fluida las influencias del pop actual con la nostalgia de las máquinas recreativas con las que creció. Esta fusión de estilos se plasmará en «Arcade», el que será su primer disco, que actúa como un espejo de su evolución tanto artística como personal. A través de este trabajo, el artista construye un universo sonoro donde los recuerdos de su infancia se entrelazan con el proceso de descubrimiento de la vida adulta, creando canciones que funcionan como niveles de un videojuego, cada una representando un desafío en el camino hacia la madurez.
¿Quién es Javier para quien no conozca tu proyecto?
Javier: Bueno, pues Javier es un artista de indie, pop electrónico de Málaga. Que se da cuenta de que crece demasiado rápido y que de repente es adulto y echa un poco la mirada de atrás, a esa época feliz de la infancia en la que mi mayor preocupación era comerme un bocadillo nocilla y pasarme la tarde jugando a videojuegos, que es lo que me gustaba, la verdad.
Y con las portadas de los singles echas un guiño a los videojuegos con los niveles de los temas…
Javier: Sí, además, cada canción como que algo que tiene que ver con mi infancia o con mi adolescencia temprana y cada tema al final también, tiene que ver con algo de eso. Me encantan las carátulas de todo.
Comienzas publicando “Dior” ¿Qué recuerdos guardas de esos inicios?
Javier: Sí, de hecho, publiqué como un primer EP en 2020, que era una cuestión como más indie y demás. Posteriormente, publiqué «Dior», que fue un poco como el acercamiento a una música más movida. ¿No? Porque yo vengo de contextos de cantautor y me iba mucho, pues a los micro abiertos de los bares y demás, a tocar la guitarra y a cantar mis canciones. Asimismo, poco a poco conforme fui creciendo, tocando y componiendo, me acerqué más, pues a canciones más movidas electrónicas, por lo que dior fue un poco como ese paso intermedio entre el Javi indie y el Javi electrónico.
Ahora has presentado “Arcade” tu primer disco debut. ¿Desde cuándo llevas gestando este disco?
Javier: Pues el disco lo llevo teniendo en la cabeza, desde hace dos años, prácticamente. Porque este septiembre, no el anterior, comencé en unos programas de aceleración de la Fundación Paideia, que es una fundación que ha creado la hija Amancio Ortega y que tiene un programa de aceleración de proyectos culturales, artísticos y demás. La verdad, es que me acompañaron y me ayudaron mucho, y presenté este disco como proyecto, por así decirlo, de la aceleradora y eso fue en septiembre de 2022.
¿Qué mensaje tiene el álbum?
Javier: Claro, a ver, esto es como todo. Yo tengo el mío, mi mensaje, lo que a mí me gustaría y otra cosa es lo que cada uno entenderá lo que quiera. Pero mi mensaje es personal y el porqué las canciones están ordenadas y lo de los niveles, es porque toda la parte de la reflexión que he comentado antes. Es decir, cuando uno se convierte en adulto, cuando cumple, 20, cuando cumple 25 o 30 años, ¿no? Para mí uno se convierte en adulto cuando le han pasado una serie de sucesos en la vida que lo han llevado a tener de repente una perspectiva más madura o completa, ¿no? Y alejada un poco de ese mundo de la infancia. Entonces, el mensaje es un poco esa gente que cree que ha crecido demasiado rápido, pues comparto, estos niveles o estas cuestiones que a mí me han ayudado a crecer. Cómo si fuera el videojuego que pasas niveles y llegas al monstruo final, te conviertes en un adulto responsable. Pero claro, adultos somos todos, ¿pero adultos responsables?, ya es una coletilla que de repente es como ¡Ay!.
Y luego pasaremos otra vez a la niñez, supuestamente…
Javier: Sí, es que al final se entrelazan, porque a mí cosas que me han hecho adulto, que me han pasado la niñez, por ejemplo. De hecho, creo que gran parte de ser adulto es, de alguna manera, hacer las paces con las expectativas que tenías de tu vida cuando eras niño. Porque yo, cuando era niño, quería ser astronauta, quería ser científico, ganar un premio Nobel y de repente dije: «Pues a lo mejor no me ha ocurrido todo ese tipo de cosas, ¿no?» Luego, a su vez, muchas cosas que no me hubiera imaginado, sí que me han ocurrido, ¿no? Entonces, al hacer las paces con esa niñez y decir, olé, mira, hasta aquí hemos llegado y comienza la nueva etapa. Es el mensaje al final que tiene.
Como feedback “Paso a Cero”, “Toy Triste”, “Aire” y “Liturgia” …
Javier: ¡Qué bien! De hecho, son las más electrónicas de todas…
Y Liturgia es de las que más me ha gustado…
Javier: Liturgia, es una canción que era como muy arriesgada, porque yo sabía que tenía que cerrar el álbum por el concepto que tenía. Pero claro, si van por niveles, después del último nivel está el jefe final. Está claro, que el jefe final, cuál puede ser en ese concepto.
La Explosión…
Javier: Claro, para mí el jefe final, es el responsable. El responsable, es la relación que tienes con la ansiedad, con las drogas, con el miedo y el terror que te dan un montón de cuestiones, todo eso resumido como los demonios que están, digamos, dentro de todo adulto, ¿no? Y lo que hacen es un poco causar ansiedad. Entonces, claro, intentar transmitir al sonido algo tan complejo y sobre todo como tan desagradable como la ansiedad. Porque claro, cuando hicimos la canción era: vamos a hacer que todos los golpes, no encaje donde tendría que estar, para que todo el rato te esté dando la sensación de que vamos a hacer como que hay un monstruo que te persigue. Sin embargo, es una canción como muy arriesgada porque es como muy poco comercial o muy poco radiofónica. Pero, sin embargo, para mí yo le tengo como mucho cariño, porque creo que, a nivel conceptual, dentro del disco es como lo que tiene que ser el jefe final, o sea, que tiene que ser difícil de escucharla prácticamente.
La verdad, es que este disco es como un videojuego, a cada nivel una emoción como la frustración, la pérdida, la euforia, el humor. ¿Cuánto de Javier hay en el disco?
Javier: Claro, Javier, hay, cien por cien, todo. Además, hasta un punto casi tan personal de que hay una de las canciones que se llama niño emperador, porque hay un síndrome entre comillas, como psicológico diagnosticado, que es el síndrome del niño emperador, que ocurre sobre todo en niños pequeños. Estos niños, se creen en el centro de atención del mundo y, como no tengan lo que quieren en este momento, pues patalean y demás. Y en mis propias sesiones, yendo yo al psicólogo, me dijo: » Javi, tú tenías que haber sido un niño emperador pequeño». Además, hasta hay hasta contenido de las cosas que yo hablo con mi terapeuta y ahí se ve el sentimiento de pérdida. Por ejemplo, en la canción de «Aire» trata de una pérdida cercana que tuve hace no mucho, ¿no? Hay mucho de euforia, hay del Javi enamorado, hay del Javi que tiene ansiedad, que se va a subir por las paredes. Por tanto, si no es personal, tampoco se va a llegar a nadie.
¿Qué echas de menos de los videojuegos y de la música de los 90 y 00? Porque tanto la portada de Arcade, y de los singles, es un guiño completamente…
Javier: Es un guiño completo. Cabe tener en cuenta que yo nací en los 90. Y, claro, mi infancia y mi adolescencia han sido un principio de los dos mil y demás. Entonces, yo me lo he jugado todo, pero todo lo que había y dejaba de haber. Desde que yo tenía 8 años, 7 años, mi madre me llevaba a la recreativa, estas que había antiguamente, que le echaba una moneda de 1€ y tenía partida para rato.
Y que se están perdiendo cada vez más…
Javier: Claro, eso para mí era como lo más, o sea, eso para mí era el evento canónico del mes. Entonces, claro, que hay guiño y todo, pero lo primero que echo de menos es la sensación de escasez. Yo ahora mismo me meto en Stream y es que tengo 2000 juegos, es que antes tenía uno y ese uno me lo curtía como si no hubiera mañana, me he sacado absolutamente todo lo que pudiera y ahora es como que juegos 2 horas y pasas a otro. Entonces, esa cuestión de compromiso que había, me parecía que los juegos muchas veces eran como conceptualmente más potentes, en muchos casos. Todo tenía una simplicidad clara, no había streaming ni nada de esto. Así que, claro y todo, lo que echo de menos es mi propio acercamiento hacia ellos como una cosa que me alegraba tanto y me daba tantísimo el quedar con mis amigos de repente y ponernos a jugar al Star Wars Battlefront o el Call of Duty de la época …
No teníamos ni plataformas, ni teléfonos móviles, ni nada….
Javier: Claro, claro, y sobre todo como esa sensación, ya te digo, de que a mí antes me regalaban un juego y claro, obviamente no me regalaban muchos, ¿no? Pero, para mí era como el evento del día, era como madre mía, me voy a tirar una semana siendo el niño más feliz del mundo porque me ha entregado el Spyro, ¿sabes?
¿Cómo surge ponerle “Arcade”? Pero viendo todas las portadas de los singles, es como la más representativa…
Javier: Sí, a ver, arcade, para mí era un guiño a la recreativa que fue mi acercamiento a los videojuegos. Obviamente, tuve la PlayStation 1 y demás y jugaba, pero como yo conocí los videojuegos, personalmente fue con las recreativas. Cuando yo todavía no tenía, por lo que tenías que ir y jugar. Entonces, en aquél momento las máquinas recreativas, estaban todas basadas, en los modelos arcade tradicionales de Atari y demás. Cómo que además es un mundo que incluso es de adultos, como que he vuelto con mucha nostalgia a veces a rejugar juegos de Arcade de Atari. Y también, porque hoy en día se han vuelto una cosa muy compleja, la historia de los juegos, los niveles y demás, pero claro, los juegos Arcade tenían que estar en un cartucho de 8 bits, ¿sabes? Así que era como la sinceridad actual, de nivel uno, nivel dos, nivel tres, no sé qué monstruo y al final ya has terminado. Por lo que es como un concepto muy cerrado y me pareció que era brutal aplicar eso a un disco.
Incluso en el disco, las diferencias con el tutorial, los temas y el final…
Javier: Exactamente, mira, hay 8 niveles. Claro, es que está el tutorial, porque claro, todo juego tiene un tutorial, ¿sabes? Yo sabía que tenía que empezar por el tutorial y terminar por el jefe final y el resto es el camino, el recorrido.
Comenzaste con el indie y has ido introduciéndote en el pop y en la electrónica. ¿Cómo ha sido ese proceso de cambio de sonido?
Javier: Pues yo creo que tiene mucho que ver con el propio aprendizaje que tenía tecnológico. Es decir, yo llevo tocando la guitarra desde los 8 años, he tocado el piano y demás instrumentos, pero siempre instrumentos completamente acústicos y orgánicos. Conforme me empiezo a meter en bandas y demás, pues de repente veo que no es batería, y cuando yo empiezo a producir mis primeros EP, pues mi acercamiento es el que tenía, que era lo que conocía, pues las bandas, la guitarra, los instrumentos reales. Y después, fruto un poco de la curiosidad, empiezo a interesarme por la electrónica y digo: hostia, esto cómo se hace, ¿no? Entonces ahí aprendo a producir, aprendo a manejar Ableton y me compré mi primera caja de ritmo, mi primer sínte y luego siempre he ido aplicando en cada una de las canciones lo que yo sabía hacer en ese momento. No obstante, para mí es el mismo lenguaje, son las mismas canciones, solamente que ha variado el estilo, ha variado los elementos con los que conformaba la canción. Y también, fruto de que a mí me gusta hacer lo que yo escucho por si me explico. Yo en esa época también escuchaba, pues era la época de indie, era la época de Izal, de Supersubmarina y demás. Después, conforme fui transaccionando a otro tipo de música, pues de repente tenía ganas de hacer eso.
¿Cómo ha sido autoproducirte el disco?
Javier: Pues lo he coproducido junto con un chico que se llama Café y que es de Málaga. Es un tío que es un genio; la verdad es un prodigio muy joven, tiene 21 años. Además, el proceso yo siempre suelo producirlo o suelo hacer una maqueta de las canciones, un poco solo, tengo aquí un cuarto con todos los instrumentos del mundo. Y aquí, pues, hacía toda mi maqueta de canciones y luego nos tirábamos una semana en el local dándole vueltas. Además, creo también que el que uno de manera completamente se produzca sus canciones desde el principio hasta el final tiene una cosa bonita o artesanal, pero también tiene una cosa muy negativa de que no eres objetivo con lo que tú haces. De hecho, todas las canciones que había sacado hasta este álbum las había hecho yo de principio a fin. No obstante, pienso que es muy fácil entrar en un bucle de no terminar nada porque estás todo el rato con un perfeccionismo, aunque quizás es subjetivo, es tuyo, ¿no? Ahora que he encontrado mi media naranja musical, que es este chico que se llama Café, pues el proceso ha sido como muchísimo más liviano y creo que el resultado es muchísimo mejor.
No sé si surgirá un segundo disco, pero en caso de ser así y te surgiera la posibilidad de colaborar con alguien ¿Con quién o quiénes te gustaría sacar un tema?
Javier: ¡Uf, es que hay un montón de gente, la verdad! Sin embargo, hay un chico que me gusta muchísimo, que me encanta a nivel musical, que es Carlos Ares y me parece que es un genio. Me gusta muchísimo la música de Xavibo. Pero es que hay un montón de bandas madrileñas que son pequeñas o emergentes y son súper guapas. Hay un grupo que se llama Canteo, que me gusta un montón y otro grupo que se llama Van Goura, también me gusta muchísimo lo que hacen. La verdad es que, por suerte o por desgracia, estamos teniendo un panorama musical de aquí en España muy bueno.
Si tuvieras que identificarte con tres temas tuyos, ¿Cuáles serían y por qué?
Javier: Yo creo que sería, “Me parte en dos” porque me parece que es como la parte más inocente y más de acercamiento infantil, a la vida, al enamorarse, a que todo te da ilusión y me parece que es parte de mí y es una de las partes más chulas. Sería también la de “Aire” porque Aire es para mí la profundidad, la pena, la experiencia vivida. Y la tercera sería “Liturgia”, porque a mí me parece que es como la cara oscura y la cara B, ¿no? O sea, la parte más chunga de uno mismo. Entonces creo que con esas 3 hay como un espectro muy amplio, aunque claro, en todas mis canciones de alguna manera me representan, pero, pero esas 3 me gustan mucho.
Por otro lado, ¿Cómo ha sido reflejarlo en los videoclips?
Javier: Pues mira, justamente ha salido el videoclip de la última de Aire, que está muy chulo. Yo creo que con los videoclips pasa lo mismo que con la música, en el sentido de que al final es un lenguaje para contar historias. Y como todo arte o toda técnica, requiere de hacer muchos para darte cuenta de con qué te sientes cómodo, qué te representa y qué no, porque he hecho videoclips que, a lo mejor, he sentido, que no me representaban tanto. Pero conforme vas avanzando, cada vez siento que me identifican más. También, he encontrado un equipo muy guay aquí en Málaga, un chico que se llama Jorge Acanto, que es un director malagueño, que es un tío con una visión estética y un gusto muy grande, y tiene un equipo muy bueno y cada vez la relación está siendo más fluida. Por ejemplo, en Aire, para mi gusto el videoclip es casi tan importante como la canción, porque la previa canción es de, pues bueno, de haber perdido a un ser querido y demás, y de esa época de tener que superarlo. Pero la idea del videoclip y lo guay que hay, es que yo desde pequeño decía que yo como que jugaba con los monstruos de mi habitación. Entonces, ese grupo que te va acompañando de amigos que te va acompañando la pérdida es como todos los monstruos que yo en mi infancia me imaginaba, y que son los que te van ayudando como si hubieras hecho. Entonces, de repente, estaban, Los Espantapájaros Mortíferos, La Novia Cadáver, Fantasmas … Entonces son como tu grupo de colegas, (entre risas).
Son cómo nuestras sombras internas que quieren salir…
Javier: Claro, claro entonces, pero claro, en lugar de vivirlo, cómo hay que ver qué miedo tienen los monstruos, cómo qué guay. ¿Los monstruos son entonces, como te digo, cuando estaba solo tenía mis monstruos, ¿sabes? Y ese sentimiento de acompañamiento era guay.
Abres en la Sala Morocco ¿Qué nos estás preparando para los directos?
Javier: A ver, yo espero que va a ser un directo muy guay. Además, voy con una banda malagueña que se llama Fauce, que es un proyecto muy chulo, de aquí que está más, está creciendo un montón. Han ganado este año el Málaga Crea Rock justamente hace poco y tocan ahora en el Brisa festival en Málaga. Además, es un buen amigo y, un tío que admiro mucho a nivel musical. Yo creo que el concierto en sí va a estar muy chulo porque es la presentación porque además estoy preparando un montón de cuestiones para intentar hacerlo lo más inmersivo posible, quiero que la gente realmente, como que tenga un poco esa experiencia de los niveles hasta llegar al jefe final. Además, voy en formato trío con dos músicos muy buenos. Voy con batería, con Martina y Rosso, que es una chica, una batería muy guay que además tiene su propio proyecto, también artístico. Asimismo, en el directo está Daniel Blacksmith, que es un multi instrumentalista de todo que tiene su propio proyecto, también de sonorización de danza contemporánea, o sea, es crack. Entonces, lleva mucho enseñando un montón. Hemos rodado el directo ya varias veces cuando tocamos en el brisa este año y la en el choque de presentación que hice el año pasado. Y yo espero que esta fiesta sea como la del culmen, no como la absoluta fiesta.
Por último, Javier. ¿Qué nos puede adelantar de tus próximos proyectos?
Javier: A ver, mi próximo proyecto va a ser descansar un poco porque, si te he dicho que empezó hace 2 años, no te quiero contar lo que llevo (entre risas). Entonces, obviamente, habrá más música. Esperemos que siempre esté en crecimiento y siempre que tenga cosas que aportar o que decir, ¿no? Además, pienso que esto al final es una carrera de fondo que cuando empecé incluso no me podía imaginar, pues ciertas cosas he conseguido hoy en día y no me quiero imaginar lo que ocurría dentro de 1 año o de 2 años. Y siempre, trabajando, seguir haciendo esto porque es lo que me gusta, mi pasión y porque para mí hay algo realmente con este proyecto creativo, ¿no? Casi terapéutico, de decir joder, macho, es que he hecho una oda a mi infancia, ¿sabes? Entonces, me parece incluso como enternecedor el pensar que dentro de cierto tiempo lo miraré y diré qué guay lo que hice en este momento y estoy seguro de que tendré ganas de hacer más cosas.
<<Para finalizar la entrevista, desde «AfondarenlaCultura» damos las gracias a «Javier Lekker» por su tiempo y dedicación y sobre todo disfrutar de su nuevo álbum «Arcade» y estaremos atentos a esos próximos proyectos.>>