“CARIÑO”, escrito así, en mayúsculas, es un título que dice mucho con muy poco. De las múltiples lecturas que podemos extraer, tal vez la más obvia sea la que lo fíe todo a una cuestión de confianza. Basta con escuchar cómo hablan de su disco María Talaverano, Paola Rivero y Alicia Ros para saber lo muy seguras que están del trabajo que han hecho. Compuesto a lo largo de dos años y publicado prácticamente cuatro después de su debut, los tiempos han sido tan particulares como las circunstancias que lo rodean. Eso sí, que a nadie le quepa duda de que estamos ante un álbum en plena sintonía con su tiempo. Y es que, como establece el canon del nuevo pop, solo dos de los doce cortes superan los tres minutos de duración.
En un primer vistazo al tracklist podría arquear alguna ceja: ¿una canción que habla de un Tamagotchi? ¿En 2022? Por paradójico que parezca, se trata de una referencia de lo más vigente. Las canciones de Cariño, y lo apreciamos en detalles así, interpelan a una generación que se asoma a la treintena sin saber muy bien a qué agarrarse. Aquellos que en su infancia lloraban desconsoladamente la muerte de una mascota digital son los que hoy han aprendido a canalizar su frustración a través de memes. Por muy autorreferenciales que puedan parecer sus temas, siempre guardan un fuerte componente universal. Been there, done that. La complicidad que generan guiños así es una de las claves que explican el éxito de una propuesta que está triste y horny a la vez.
Un disco homónimo suele sugerir un nuevo comienzo. En cierta manera, “CARIÑO” lo es. “llorando en la acera”, sin ir más lejos, simboliza la conquista de un sonido propio. Se hace difícil no pensar en aquella versión de C. Tangana con la que se dieron a conocer en 2018. Para cualquier otra persona, el trayecto que lleva de la limo a la acera sería cuesta abajo. Algo así como pasar del cielo al infierno, de tenerlo todo a no tener nada. Para ellas, en cambio, resulta a la inversa. En aquel momento apenas contaban con un par de canciones publicadas y ahora se encuentran a las puertas del lanzamiento de su segundo álbum convertidas en estrellas del pop por derecho propio y no por imitación.
Nacer en los 90 implicó crecer educado en la promesa de una vida Happy Meal. Esto, llevado al terreno de las relaciones, ha dejado mucho juguete roto por el camino. De la vertiente más introspectiva y oscura a la más explosiva y punk; Cariño al fin y al cabo. En su afán por explorar nuevos territorios sonoros, además del beat de “tamagotchi”, encontramos “bonus trap”.
<<Desde «AfondaresCultura» invitamos a «Cariño» que se pasen por la ventana de nuestra web para hacerles una entrevista más personal y que nos cuenten como ha surgido este nuevo álbum «Cariño» y que nos cuente más sobre ese sus próximos proyectos.>>